
La duración del impermeabilizante depende del tamaño de la zona a impermeabilizar.
Para que la impermeabilización sea efectiva es necesario limpiar el área para que quede libre de adherencias falsas, quitando los restos del material impermeabilizante anterior y elementos como lodos, humedad, hierba, moho, etc. El siguiente paso, es sellar las grietas de la superficie con una pasta especial para evitar que el agua y la humedad se filtren.
Luego se aplica una capa de primer, que es un impermeabilizante líquido y finalmente se puede aplicar un vulcanizado de manto prefabricado.
El manto prefabricado se presenta en rollos, es confiable, higiénico y duradero.
Gracias a este sistema, no es necesario aplicar varias capas de impermeabilizantes ni esperar a que sequen, pues todas estas capas están integradas en el material prefabricado.
Además, este sistema requiere un mínimo de mantenimiento porque este manto está formado por una capa inferior plástica y otra capa superior dura que lo hacen muy resistente y también flexible.
El manto prefabricado existe en varios colores para mantener la estética de la edificación a impermeabilizar. El principal objetivo del impermeabilizado de una edificación es detener el agua a través del impedimento de su paso.
El funcionamiento de este proceso es eliminado o reduciendo la porosidad del material aislando la humedad del medio.
Para este proceso, se pueden utilizar impermeabilizantes naturales o sintéticos, entre los que destacan el natural aceite de ricino.
A los impermeabilizantes también se les conoce como hidrófugos.
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